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Los tendederos, reseña de Javier Burdalo.

 

Cuenta Javier Burdalo, sobre mi libro de cuentos Los tendederos. Es la segunda parte de su lectura y reseña sobre Los tendederos.

Pueden bajar y leer mi libro de cuentos Los tendederos en libro electrónico de manera gratuita (PC, Kindle, teléfono -smartphone) desde aquí):

Los tendederos, Adrián Gastón Fares (descargar)

Una amable lectura y reseña como verán:

Según Javier:

Si aún no lo han hecho, intérnense en el universo paraficticio, fantástico y espeluznante de LOS TENDEDEROS, libro de cuentos del argentino Adrián Gastón, que nos ofrece gratuitamente pinchando aquí.

No se arrepentirán, es más, como sangre para vampiro, pedirán otros…

Una breve reseña de los relatos del 10 al 18:

MADRASTRA  (Page 43): repetido como un mantra “Si uno llega, el otro parte“, relata la angustiosa felicidad que trae el nacimiento, junto a la tristeza natural de la muerte, procesos rodeados en este caso por animalidad sanguínea y brutal, y un ambiente de educación y profesorado… Desestabilizador.  

EL ANIMAL SUMERGIDO  (Page 46): cuando se juntan divorcio, custodia compartida, orcas asesinas y sacrificio de animales, nada puede ser dulce, ni etéreo; en todo caso la nada, pero una nada con pesadumbre y dolor.

NO TE DEMORES  (Page 49): una madre intenta salvar a su hija de una horda de seres extraños, que quieren a la niña con intenciones entre místicas y perversas, no del todo claras, pero parece que las prisas añaden la tensión necesaria para que todo sea una huida desesperada. “Donde no puedan amar, no se demoren“. Nervioso frenesí.

LA MUJER QUE CONOCIMOS  (Page 52): brujería y sexualidad pegajosa en una historia donde el tabú y el engaño juegan su papel, y también el incesto, y los deseos ocultos de jornadas de trabajo físico y mental, con toques caribeños y animalidad femenina por doquier.

LA ZOMBIADA  (Page 55): en tono de comedia Gastón describe un mundo donde el zombi es normalizado, y en su crítica, a un mundo cada vez mas zombi, se auto parodia incluyéndose en el relato para “culparse” a uno mismo de lo “muerto-en-vida” que podemos llegar a estar. A la par, se adelanta en el tiempo al último film de Jim Jarmusch, The dead don’t die (2019).

LA NENA DE LOS VELORIOS  (Page 60): unas sencillas lentillas, en apariencia para solucionar problemas de visión y adaptación al medio en que vivimos, pueden convertirse en el terror cotidiano de la No Inclusión, desvirtuar el día a día y hacernos sufrir más de la cuenta, tanto por lo que, en este caso, vemos, como por lo que ya no veremos más.

MUERTOS QUE GRITAN  (Page 65): impregnado del universo de Tim Burton en Bitelchus (1988), la vida ordinaria de unos No Muertos se desarrolla como la de los vivos, con sus apreciaciones y rituales en la rutina diaria: “La verdad es rápida. Transitarla, no. Ni siquiera para un fantasma“, humor negro elevado a varias potencias.

LA MÁS BUENA   (Page 72): en este relato lo que provoca desconcierto es no saber, no saber aún, o saber que no se va a saber nunca, la identidad sexual de alguien. En tiempos de abuso de las llamadas “normalizaciones” el autor opta por el desconcierto, no exento de misterio y encanto.

DE HOTELES BARATOS (Page 76): aquí el autor, no se oculta de sus lectores, desnuda parte de su biografía para mostrar como el imaginario cinematográfico le salva del “silencio”, y del pánico mental que esa ausencia puede llegar a provocarle y provocarnos. Gracias Gastón por incluirte e informarnos de nuestros miedos desde dentro. Pero no todo es negativo, el personaje-autor llega en ese buceo a los símbolos, y reflexiona para nosotros: “Lo único que equilibra nuestras intenciones con la fuerza de la naturaleza son los símbolos. Eso es hermoso, pensaba Gastón” . Una de las muchas reflexiones profundas y de interés que tiene la escritura de Adrián Gastón.

Continuará… ¡Disfruten si pueden!

por Javier Burdalo.

 

Enlace al blog de Javier Burdalo sobre Los tendederos

Por otro lado, estuve haciendo una recopilación, un Índice de mis Poemas publicados en este blog.

Pueden seguir este enlace para leerlos en órden descronológico:

Poemas de Adrián Gastón Fares

Saludos,

Adrián Gastón Fares

adriangastonfares.com

corsofilms.com/press

 

Salir del cine, entrar a la vida

panoramaartsmagic

Hace quince años pensé en ser crítico de cine por un rato. Quería escribir en realidad.

Me anoté en un curso en APTRA donde los alumnos éramos dos: otro chico y yo. Antes de entrar buscaba CDs de jazz en la Musimundo del centro comercial Spinetto.

Lo del Curso fue raro, no me hacía falta por haber estudiado Imagen y Sonido, pero pensé que necesitaba una credencial para ejercer la crítica. Blanca López fue una amable y simpática profesora.

Al poco tiempo, en las críticas de estrenos que hice para Cineismo, no me gustaba que Ravashino, el editor, me corrigiera los textos. De más está decir que sus correcciones eran necesarias muchas veces.

Yo quería escribir como tocando jazz. Lo que salía de mí tenía que ser lo bueno sino nada tenía sentido.

En esa época, cada tanto, por la mañana, iba a una privada de cine. Un día tomé un café con leche y vi a Amanda Peet chocarse la cara con un cristal. La película no era excelente, pero salí del cine con ganas de vivir.

Yo, que no veré Games of thrones porque no me gustan los dragones que salen de huevos, diré que su productor, David Benioff, es un ganador: tiene al lado a Amanda Peet. Y eso que ya se me pasó el enamoramiento de esa mañana de cine.

El cine a la mañana producía el mismo efecto que los sueños de la madrugada, si la película gusta, te pinta el día.

Sin embargo, esas alfombras mullidas de los cines siempre me parecieron sospechosas. Pensaba que, en mi caso, quedarme con esas mañanas en el cine, era como colgar los zapatos en el tendero de Spectra. Ese pueblo de dónde un hijo escapa en la película El Gran Pez. Quería hacer películas y no escribir sobre ellas.

De cualquier manera, me las arreglé para que una empresa inglesa me enviara copias de los DVDs de películas japonesas que editaban.

Esperaba con ansias la llegada del sobre de papel marrón remitido por Phil. Era fanático en esa época del J horror. Dark Water, Ju On, A tale of two sisters y otras. También me gustaban las películas de Yakuzas.

Siempre me gustaron los japoneses y las japonesas también. Con ellos me siento más cómodo.

Ozu es uno de mis cineastas preferidos.

El cine de ojos rasgados me atrae, en general.

Hasta La isla de Kim Ki Duk me gusta, aunque no es su mejor película para nada.

Arts Magic DVD ya no existe más. ¿Dónde trabajarán Linda y Phil?

En nuestro presente, no me imagino a una editora de un país lejano enviando DVDs de películas a un crítico argentino como hacia la distribuidora Arts Magic.

Era la magia de los inicios de internet. Voy a permitirme la nostalgia tecnológica, porqué no. Internet es ahora, claramente, un lugar presentable. Antes era un lugar impresentable pero lleno de personas que parecían más reales.

De personas más lentas. Más lentas con periféricos pesados que los ataban a un lugar y los obligaban a usar de otra manera el tiempo y el espacio.

El resultado lo vemos ahora en la película Draft Day. Como en otras, cuando los personajes usan el teléfono para comunicarse la elección del director es dividir la pantalla en dos. Pero a diferencia de esas otras películas, en Draft Day una parte del cuerpo de un personaje invade el rectángulo de la escena que ocupa el otro. Hace veinte años a nadie se le hubiera ocurrido recortar la pantalla así. Esto indica que, por lo menos en el cine, el espacio no es lo que era. Y esa Internet, de antes, menos democrática, como un palacio cercano en el que conocías personas que parecían más reales, ya no existe.

Adrian Gastón Fares