Limpiaba con Alicia por las mañanas y después, cuanto ella se iba al curso de literatura rusa, yo atendía a los clientes. En París, como en Buenos Aires, los abogados eran muy buscados.
Allá la gente se daba cuenta de mi sensibilidad. Ayudaba que fuera un escritor en ciernes, que hubiera publicado una novela, los clientes me hablaban más de mi obra que de los casos. Luego volvía Alicia y seguía hablando con ella de literatura. Descorchábamos un champán. Y bebíamos hasta que nos dormíamos. Un día amanecimos desnudos y juntos. Abrazados por el frío que se coló durante la noche por la ventana balcón.
A veces el sol inundaba la habitación. Preparábamos café. Lo tomamos con tostadas con mermelada de arándanos. Poníamos un poco de jazz en el tocadiscos.
Luego de almorzar íbamos a la Rue de Fleurus. A Alicia le gustan los números tanto como a mí. Y encontrábamos una casualidad interesante en que el número de la casa de dónde habían emergido tantos artistas era el mismo en el que se había clavado el tiempo de la vida de tantas estrellas de rock.
Por la Rue de Fleurus buscábamos a una mujer maciza, de pelo dorado. Debía acompañarla otra mujer, más enjuta. La habíamos visto rondar la placa de la casa que nos interesaba sin detenerse a leer la inscripción. Nos miraba porque íbamos demasiado elegantes, yo con sombrero y Alicia con un vestido azul con volados. Zapatos, nada de zapatillas. Seguíamos a la mujer tosca hasta que se detenía en una verdulería, por ejemplo. La mirábamos sopesar pomelos, aguacates, manzanas, hasta que seguía con sus compras sabatinas. Cada tanto se detenía a mirar su teléfono celular.
Uno de los sábados entró a una librería. Con Alicia nos miramos con los ojos brillando y nos fuimos a tomar un café. Hablamos de las posibilidades de que la mujer realmente fuera la buscada.
Pasó el tiempo, conocí a compañeros de curso de Alicia que parecían tener un interés que iba más allá de lo físico en ella, nos bañamos en champán y tomamos helado de limón. Rondando la madrugada volvíamos a dormirnos en cualquier lado, a veces observando el cuadro modernista de una pintora que había venido con el alquiler del departamento.
Y llegó otro sábado. La mujer maciza estaba hablando con dos jóvenes que parecían artistas. Nuestra excitación fue en aumento porque uno tenía la mandíbula cuadrada y un niño en brazos y el otro era calvo y de mirada penetrante. Se hizo de noche y a las sillas de la mesa de la vereda donde estaban sentados nuestros objetivos se acercó un gato que estuvo un buen rato lamiéndose las patas cerca del hombre de mandíbula cuadrada. El gato siguió de largo y Alicia dejó dinero en nuestra mesa y me tomó de la mano para arrastrarme detrás del gato.
Lo perseguimos por una cuadra. El gato se detuvo quizá con la esperanza que le diéramos alguna sobra de la cena. En realidad, para poder pagar el departamento y nuestro tipo de vida, no siempre cenábamos.
Alicia se agachó, con el vestido azul redondeando todavía más su espléndido cuerpo, y llamó al gato. Ven, Blancanieves, le dijo. Recién la cuarta vez que lo acarició lo tomé con fuerza, le separé los dedos y los conté. Esperábamos seis pero era un gato común que no tenía ninguna malformación genética. Alicia, desesperanzada, insistió en pasar por el restaurante, y esta vez escuchó que los tres eran hermanos, que la mujer rellena era la tía del niño, y que estaban hablando de neurociencias y psicología.
Volvimos al departamento. Tomamos champagne. Lloramos. Guardamos nuestros manuscritos en las valijas, con cuidado de no estropearlos. Volamos a Argentina. Tal vez tuviéramos suerte cerca del cementerio asediado por una feria hippie.
En este caso parece más fácil. Tenemos que dar con un hombre alto y delgado, acompañado de una mujer hermosa, casi secreta, con una mirada huidiza y, más que nada, de un ciego. Seguimos sin cenar algunas noches pero descorchando champanes y despertando felices, cada uno amodorrado en su lugar.
Creemos que un día vamos a encontrar al ciego, que la mujer de mirada huidiza, que volvimos a encontrar esperando que se detenga la lluvia en la puerta de las salas de cine, como si se fuera a lanzar al abismo húmedo en cualquier momento, debería tarde o temprano llevarnos a la mansión de la otra chica con la que suele pasearse, una que usa siempre anteojos de celuloide color marfil con cristales verde oscuro.
Y Alicia piensa que una vez que encontremos la primera repetición, podemos volver a Praga, a Boston, a París, con más probabilidad de que se den las demás.
Les dejo para que se entretengan el largometraje documental que escribí, dirigí, edité, produje, y del que fui camarógrafo y director de fotografía (Imagen) con Leo Rosales, con Corso Films.
Este año se cumplen diez años de su estreno en el BAFICI 2008. Hace poco fue emitido por la televisión argentina.
Este largometraje documental rompió todas nuestras expectativas. Fue visto en muchos países del mundo y en festivales de todo tipo.
La versión que les dejó es con unos subtítulos en inglés provisorios.
No es el Upconvert HD que pueden ver en Cine.ar (donde se ve en HD fantástico). Pero a la vez, así podrán verla sin problemas y apoyarse en los subtítulos si lo llegaran a necesitar.
Pueden verlo sólo aquí ya que el link está No Listado en YouTube.
ENGLISH:
Here goes A tribute world, the documentary feature I wrote, produced and directed. A tribute world was seen in several film festivals around the world. It´s an independent feature.
You can watch it only here (Link You Tube Not Listed)
Les dejo más información sobre Mundo tributo:
Sinopsis corta
Mundo tributo es un documental musical desbordado de personajes y situaciones alocadas, referenciales y genuinas. A la vez, es una comedia dramática que nos hace conocer a Jorge Busetto (Doctor Queen), un médico argentino que se transforma en su ídolo, al dentista Alejandro “Ace” de Kissmanía, y a los integrantes de Dios salve a la reina, entre otros músicos que se dedican a homenajear a grandes bandas de rock.
Sinopsis larga:
Conocé a las mejores bandas del mundo… tributo. Un mundo de personas que se transforman en sus ídolos, un mundo de disfraces y colores vivos, con ilusiones que señalan a Liverpool como lugar de consagración artística, donde se esconde también una realidad: la dificultad que tienen los que se dedican a la música para vivir de su arte.
Los camarines del concurso beatle del Cavern Club Buenos Aires, los recitales a teatro lleno en el Gran Rex de Dios salve a la reina -para algunos, la mejor banda tributo del mundo-, las peripecias de la banda rosarina Kissmanía en Buenos Aires, Doctor Queen en su gira interbalnearia junto a su familia, el recital multitudinario de Ummagumma en Plaza de Mayo y la presentación de The end con la Sinfónica Nacional, entre otras vivencias, sirvieron de marco a las filmaciones y entrevistas hechas a los protagonistas y al público.
¿Qué es lo que lleva a los músicos y espectadores al tributo?
Las entrevistas y seguimientos a los músicos están estructuradas por un crescendo narrativo audiovisual (sin voz en off) de la mano de Jorge Busetto (Doctor Queen), que fue acompañado por los realizadores en su gira en Mar del Plata.
En los avances presentamos el tema original, “Someone who can stop my heart” de Carlos Bertazza (THE SILVERS) y Mariano Romano (THE END), con la batería de Martín Alvarez Pizzo (THE SILVERS), compuesto por los integrantes de las dos bandas tributo para la película. La música original fue compuesta por el reconocido guitarrista argentino Fernando Kabusacki.
Elenco y Equipo Técnico:
Guión, Dirección, Montaje y Producción: Adrián Fares, Leo Rosales
Fotografía: Adrián Fares
Sonido: Leo Rosales
Dirección de arte: Romina Fares
Música: Fernando Kabusacki
Tema original: Carlos Bertazza y Mariano Romano.
Formato de exhibición: Digibeta
Datos sobre la producción
La película, totalmente independiente, comenzó a gestarse luego de que Adrián Fares fuera invitado a un recital tributo, donde lo cautivaron las reacciones del público y la personalidad del artista en el escenario. Luego empezó el proceso de diseñar la producción con Leo Rosales. Una de las pautas era no usar en ningún caso (ni recitales, ni entrevistas) material de archivo en video o fotografías. Y dejarse inspirar por el entorno.
El documental, grabado mayormente en HDV, fue realizado por un equipo reducido de dos a cinco personas (solamente los dos directores viajaron a Mar del Plata para encontrarse con Jorge Busetto y su familia). Se grabaron más de 50 horas de video y la edición llevó 7 meses.
Se grabó en calles de Mar del Plata y en la playa Bristol, en las calles de los barrios de San Telmo, Palermo, San Nicolás, Montserrat –Pasaje La Piedad–, Congreso, Pilar, Avellaneda. Las locaciones fueron El teatro Roma de Avellaneda, el teatro Gran Rex, La Trastienda Club, el teatro Enrique Carreras, The Cavern Club Buenos Aires, Bar Cátulo Castillo, Pilar Golf Club, El Teatrito, Bartolomeo Bar, Libeer 7820 (clausurado poco después de la filmación) y Mirtha´s Restaurant.
Músicos:
Fernando Kabusacki
Es uno de los principales exponentes de la nueva música instrumental argentina; toca guitarras eléctricas, acústicas y sintetizadas y compone música para dibujos animados, cine (Julia Solomonoff, Lucía Puenzo, Teresa Constantini) y teatro. Vive actualmente en Buenos Aires.
Desde 1991 dirige y coordina La National Film Chamber Orchestra, actualmente residente en el Museo de Arte Latinoamericano en Buenos Aires (Malba), con la cual musicaliza en vivo películas mudas.
Grabó y tocó en vivo con María Gabriela Epumer, Juana Molina, Charly García, Sergio Bulgakov, Robert Fripp –giras The League of Crafty Guitarrist, Soundscapes- y Vernon Reid, entre muchos otros.
Fernando entendió perfectamente qué música necesitábamos para la película.
Carlos Bertazza y Mariano Romano
Carlos Bertazza (The Silvers) y Mariano Romano (The End) fueron contactados por los directores para realizar el tema original de la película. Así nació y se eligió entre otros tres temas propuestos por Carlos, “Someone who can stop my heart”, la canción que se escucha al inicio de los créditos finales.
También dirigió la Orquesta Estable del Teatro Colón, Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (México), la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes (México), la Orquesta Filarmónica de Bogotá (Colombia), la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina), la Orquesta Sinfónica de Corrientes (Argentina), Orquesta Estable de la Provincia de Tucumán (Argentina), Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina), la Orquesta Sinfónica de Mar del Plata (Argentina), Orquesta Sinfónica de Entre Ríos (Argentina) y Orquesta Filarmónica de Mendoza (Argentina).
Resumen de Críticas y Reseñas:
Críticas revista Rolling Stone:
Mundo Tributo es un hilarante y por momento conmovedor retrato de las bandas-tributo argentinas dedicadas a homenajear a Los Beatles, Kiss, Roxette, Queen, Genesis o Pink Floyd. Hernán Ferreiros. Revista Rolling Stone.
…Mundo tributo acierta, entre otras cosas, porque sabe poner el foco en los dos ejes que cruzan y sostienen el boom de las bandas tributo… Alejandro Seselovsky, Revista Rolling Stone.
Otras críticas en diferentes medios argentinos:
Los jóvenes Fares y Rosales se encargan en este film de seguir a los protagonistas y fanáticos de bandas que homenajean a The Beatles, Kiss, Génesis y Pink Floyd, entre otras. Simpática, sorpresiva y, aunque no sea el mejor término para definir a este film de “dobles”, muy original. Damián Damore (Revista Ñ), Imperdibles Cinemanía.
Un documental de Adrián Fares y Leo Rosales que retrata vidas de clones y grupos tributo, y de paso marca cuáles son de verdad los gustos populares argentinos.Mariana Enríquez, Radar, Página 12.
Adrián Fares y Leo Rosales se acercan a esta moda con sentido del humor y descubren que los seguidores de las bandas tributo suelen ser bastante más entretenidos que los intérpretes.Nazareno Brega (El Amante) Recomendadas Terra.
El mundo está loco loco loco y Mundo tributo , el documental que retrata el fenómeno de las bandas homenaje en la Argentina, resulta tan delirante y bizarro como sus protagonistas.Sebastián Ramos, Portada de Suplemento Espectáculos, Diario La Nación.
Mundo tributo es un interesante trabajo que deja en evidencia que detrás de estas bandas hay algún tipo de verdad que se le escapa al resto de los mortales que las desmerecen por no ser originales. En el artificio, en el mimetismo casi necrológico, en la aceptación o no de lo que se es, hay una mirada sobre el mundo del espectáculo, sobre los artistas y sobre su obra. Y, sobre todo, dice algo del país.Diario Mar del Plata Hoy.
…¿El rock se quedó sin ideas? ¿El público no está dispuesto a abrirse a nada nuevo? ¿Hay un talento especial en esta zona del mundo para estos tributos? La película de Adrián Fares y Leo Rosales no necesariamente responde a todos estos interrogantes, pero los plantea con gracia, ternura, sorpresa y un ojo muy hábil para encontrar historias extraordinarias, casi podría decirse de alta originalidad, en este mundo copista. Ver (y oír) para creer.
…Adrián Fares y Leo Rosales siguen con un encomiable respeto por el trabajo ajeno a algunas de las bandas que viven de reproducir lo más miméticamente posible la música de artistas consagrados. Dejan en escena, además, ciertos apuntes sociológicos de interés, sobre todo en relación con la conformación del público que sigue a cada uno de estos grupos. El último plano de la película es sencillamente extraordinario.
Mundo tributo en Bibliografía y Filmografía en Escuela Ort. Película de referencia para la Materia de Medios Audiovisuales. Listado de obras audiovisuales que sirven de ejemplo de los contenidos teóricos vistos en la materia.