Desde la mirada de director, escritor y guionista, y no la de un crítico, claro, van mis opiniones de algunas películas y series:
Agregado rápido de cuarentena, pandemia, epidemia o como gusten llamar a este momemtum (estrafalaria palabra para tantos cambios)
Recomiendo la miniserie Devs, de Alex Garland (aunque en mí país no se ha estrenado en HBO Go, los que dicen series no veo recuerden que, salvando distancias con las que aquí nombro, Fanny y Alexander de Bergman, quizá su mejor película y una de mis preferidas, era originalmente una miniserie), Curb your enthusiasm Temporada 10 (algunos episodios son desopilantes, solamente me río igual con películas como Get Hard o The House, tengo una afinidad con Will Ferrell y casi todas sus películas me gustan como me gustaba el Chavo del 8), rever Alien 4 Resurrección (la del director de Amelie) Mirar al ya recomendado por medio mundo anime Your name que está en Netflix (aunque prefiero los de Ghibli)
Dar una chance a Mr Robot. No sé si seré yo pero noté una manera muy particular de encuadrar con mucho espacio sobre la cabeza, planos abiertos casi siempre en esta seria. Es una constante en las otras series del showrunner (Sam Esmail) de la serie como Homecoming. (Amazon Prime)
Dar una chance a la película de terror producida por Guillermo del Toro llamada Historias de miedo para contar en la oscuridad, el final se alinea con esa redención que fue pregonando el cine pre-pandemia (con Parasite, Joker, Border) Un pico de calidad poco visto en años las que están en paréntesis. Con tanto cine bueno mainstream…, algo tenía que pasar, jeje.
Ver la película The aeronauts (han dicho que es como Gravity con un globo aerostático pero está bien para despegar un poco de la tierra)
En serie dar una chance a Doom Patrol, una locura, otra a Watchmen y a El visitante – The Outsider (esa cosa que tiene Stephen King de crear grupos de amigos, esa nostalgia de la amistad contra lo inesperado, como en Cuenta conmigo)
Otro punto para The Newsroom, escrita por el guionista estelar Aaron Sorkin, con un primer capítulo que arremete contra todos y todas. Una serie que pasó desapercibida.
Ya que antes nombre a Garland por Devs termino está actualización con Ex Machina, para los que disfrutan como yo de la ciencia ficción cerebral, sin naves ni tanto artificio sonoro. Por el mismo motivo, ya en terreno de documentales, rescato el de James Cameron sobre la historia de la ciencia ficción en el audiovisual (AMC Visionaries: James Cameron-La historia de la ciencia ficción): pasar una noche charlando con Lucas, Nolan, Del Toro, Spielberg y el mismo Cameron es una de las formas de la felicidad.
Cómo documental me pareció excelente, Mystify, sobre Michel Hutchence, el cantante de INXS. Sin entrevistas, solo imágenes incluso grabadas por él mismo, audios de diálogos y música.
Otro que vi, está vez gracias a mi amiga Majo, fue el documental sobre «La Viuda» del escritor Manuel Puig que puede verse en Cine.ar Play de manera gratuita.(en Argentina)
Se llama Regreso a Coronel Vallejos (Carlos Castro) y cuenta la historia de «La Viuda» de Puig: una mujer que luego de quedar cuadriplejica se dedicó a rescatar parte del legado del escritor en su pueblo natal: Villegas.
Y Ekaterina, desde el otro lado del mundo, me recomendó The Gentleman. Este cóctel de Tarantino y rap me entretuvo como ninguna del director de la cinta, que hace películas que no me suelen gustar (tenía ganas de escribir cinta alguna vez en mi vida)
Ahora siguen las observaciones sobre algunas películas vistas en Agosto de 2019:
Dogman, de Mateo Garrone. No podía dormir luego de verla. Buscar aprobación…
The Beach Bum, de Harmony Korine. Me gustó mucho porque estaba medio borracho ese día y me sentí cercano al personaje principal. Además tiene buenas canciones.
Otra recomendación fue la de mí amo
Call me by your name de Luca Guadagnino Guadagnino pertenece a la sociedad secreta del buen gusto. Hay que llegar a la escena final. ¡Cuánta emoción!
La Odisea de los Giles, de Sebastián Borensztein. El terror se sentía en la sala. Recordar el 2001 argentino en esta época, por más humor que tenga la película de Sebastián, creo que recortó algunas risas y potenció otras. Es de esas películas que hay que ver con la sala llena.
La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel. Me hizo ponerme en la piel del protagonista. Película bastante triste.
At Eternity´s Gate, de Julian Schnabel. Entendí a Van Gogh un poco más. Creo más en la versión de su historia de Carriere que en las anteriores. No sé cómo termine escuchando en Spotify la canción Vincent, de Don Mclean, que me llevó a otra que grabó el mismo artista que usó David Lynch en Mullholland Drive (Crying, si no me equivoco)
Basquiat, de Julian Schnabel. Desde que la vi, a veces tengo ganas de decir que quiero irme a Maui.
Border, de Ali Abassi. Eh, ¿quiénes éramos?
Re loca, de Martino Zaidelis, esta remake argentina me gustó por varios motivos que no esconderé. Trabaja el actor de uno de los cortometrajes que escribí y dirigí Motorhome (aparece en una de las escenas; el siempre creativo Jonathan Jairo Nugnes) Fue producida por el buen productor argentino Sebastian Aloi (quien me ha dado algunos consejos sobre Gualicho y una atención que aprecio) y el personaje de Diego Torres me pareció muy risible, real y reconocible a kilómetros de distancia.
Rocketman, de Dexter Fletcher. Me gustan las canciones de Elton John y varios de sus discos. Raro que no me gustara esta película y me dejara un poco perplejo a la vez. Nunca vi cantar con burbujas bajo el agua. Admito que su comparación incomprable, la película sobre la vida del líder de Queen, tiene otra intensidad a nivel espectáculo. Pero también con esos ojos brillantes del final recuerda un poco a las películas de Zefirelli sobre Cristo que pasaban en Pascuas (lo que da bastante miedo; ese cristo sangrante con ojos azules brillantes siempre me dio terror) Además en Mundo tributo, el documental que produje y dirigí junto a Leo Rosales, no aparece ninguna banda tributo a Elton John.
Siguiendo con Guadagnino, su Suspiria. Su final me dio ganas de cambiar mi vida para siempre. El efecto duró bastante (tal vez persista) Recuerda un poco a los inicios del cine de terror, tiene esa fuerza explícita y elegante a la vez.
Okuribito (Departures), de Yojiro Takita. La última película japonesa que se llevó el Óscar a mejor película extranjera. No la había visto aún. No quedaba otra que me gustara. No soy de piedra. Ya verán en la película.
Io sonno il amore, de Luca Guadagnino (la volví a ver), como El desprecio de Godard. Las dos grandes películas sobre lo terrible, en el bueno y en el mal sentido, que es el amor.
John Wick 2, de Chad Stahelski. Me la recomendó la directora argentina Lucila Las Heras y de las tres es la que más me gustó. Me hizo acordar y extrañar al primer John Woo.
A Star is Born, de Bradley Cooper. Claro que salí con ganas de llorar de esta película y bastante triste. Fue la primera que vi con los audífonos nuevos (esas casualidades…) Empecé a escuchar a Lady Gaga y aprecié sus cualidades camaleónicas. Incluso me enteré del lupus que sobrelleva a través de un documental sobre su vida.
Toy Story 4, Josh Cooley. Me emocionó y me entretuvo.
Aterrados, de Demian Rugna. Demian supo captar cierta atmósfera del conurbano bonaerense en la que casi todos coincidimos en que es la mejor película argentina de terror argentina hasta el momemtum. No es perfecta en el guión pero mucho en la atmósfera, lo que no es poco decir.
Bridge of Spies, de Steven Spielberg. Así creo que deben ser los abogados y las personas, como el personaje que interpreta Tom Hanks (que existió en la vida real) No comulgo mucho con el ¿Serviría de algo?, como ya se nota en lo que escribo, salvo cuando medito, pero me parece una frase encantadora.
Mary Shelley, de Haifaa al-Mansour tengo que admitir que disfruté y me inspiró más esta película que la de mi querido Ken Russell (Gothic)
El Potro, de Lorena Muñoz. La vida es una lucha aunque seas exitoso y esa es una historia que se vuelve a contar cada tanto. Más allá de la banda sonora (no las canciones sino el score me pareció ajustado), la película tiene eso mortuorio, ya le encontraré el mejor adjetivo, tan argentino que casualmente puede encontrarse en otra, por ejemplo, de terror, como Aterrados (¿quién dijo que lo nuestro es el tango?; son los cajones de madera y la música acorde a la temática)
Esa película que llevo conmigo, de Lucía Ruiz. Fui a ver el estreno al Gaumont pero entendí menos de la mitad por el sonido de la sala, porque era un documental, y porque estaba detrás de todo (invitado por Leo Rosales) Tenemos que subtitular todas las películas, ponernos de acuerdo en eso en Argentina y en España si es posible.
Dolor y Gloria, de Pedro Almodóvar. Ese toque hitchockiano de las imágenes del principio es lo que más me gusta de él. Soy así. Es su ocho y medio, ¿no? No entendí bien al niño, lo que decía.
Us, de Jordan Peele. Después de Big, de Frank Marshall, es mi película preferida con un parque de atracciones. Trastorna un poco y no a través de gritos y dilaciones faciales a lo Babadook (ese cine de terror no me gusta: otro ejemplo de lo contrario de Us es Hereditary; no ví aún Midsommar y no me atrae por ahora)
En Netflix para ver ya mismo:
Una de mis pocas series preferidas es Mindhunter, con algunos capítulos dirigidos por David Fincher. La temporada 2, recién estrenada, está muy bien pensada y escrita. Juega con los personajes y con el espectador de manera magistral. También tiene capítulos dirigidos por el gran Carl Franklin, que hizo una película que me hizo feliz llamada Devil in a Blue Dress.
Una de mis últimos descubrimientos preferidos en el terror, mejor dicho corto, no se rían es: Toy Story: of Terror, de Angus Maclane. Gran narración. Dura veinte minutos y está en Netflix.
HBO:
La primera temporada de Westworld, creada por Jonathan Nolan, es notable por momentos y lo hace pensar a uno en qué está pensando y cómo lo piensa, justamente. El escritor de Jurassic Park debería tener una estatua en algún lugar. Aunque la serie supera a su versión de su propia historia que veíamos en Sábados de Super Acción.
Por último una reflexión, las buenas películas son esas que recordamos planos que al verlas otra vez nunca existieron.
por Adrián Gastón Fares
PD: nadie se puede quejar de la última de Tarantino, Once upon a time in Hollywood, ni los animales, ni los hombres, ni las mujeres; los únicos que se pueden quejar son los fanáticos y a esos los iluminó con su propia medicina. Una película que parece gestada entre vinos y actores, sincera en casi todo. Terrible, como debe ser el cine (de melancólica no tiene nada, leí por ahí que decían eso algunos; no comprenden)