Archivo de la etiqueta: el joven palido

El Joven pálido.

El joven pálido
se erizó de sueños
y por las calles vagó
sorbiendo cemento
soleado.

El que desayunó aires
por ahora no le preocupaba.
Mejor era bañarse
en las islas personales,
que se separaban por el cemento
en esa mañana corriente.

Mujer era bañarse
en las islas personales.

Adónde vamos,
¿quién soy?
¿por qué?
Eran palabras que a él ya no le molestaban.

Los caminos cruzados,
caminos perdidos.

I will write a story
about pain and glory.

En la casa del conde,
¿dónde estará?
¿dónde se esconde?

Joven Pálido Mujer Dibujito A Fares

Joven Pálido Mujer Dibujito A Fares

 

Las mentes deberían adaptarse
a cualquier felicidad;
no importa de dónde venga
ni cuánto dure,
la verdad.

por Adrián Gastón Fares

El joven pálido. Terraza.

Un sueño:

hoy soñé con marcianos

y una amiga en el verano

un gordo vivía en el altillo

y se veía el mar a lo lejos

en la casa también estaba la que quería

y descubría que la amiga era mía

y era ella también.

¿Qué son esas formas que en los sueños nos vienen a consolar

y las otras que a nuestro lado sentimos en la cama grande?

Yo les canto porque sé

que perdieron la costumbre de recitar

sólo quieren a su manera avisarnos

que dejemos de soñar.

por Adrián Gastón Fares (2011)

El joven pálido. Canción.

Los temerarios:

Delator, informal, invocado de día
¡sueño!
bebido de noche
¿o ya en la madrugada?
entre los pinos de la casa costera
para qué venís a recordarme
lo mucho que te quiero
encima, me limpiás los ojos
y me soplás la cara con tus dedos finos
-mi amor,
arrumándolo-
por favor
olvidarlo al despertar
o recordarlo con el tibio sol del desayuno.
(Hace bien)
Nada terrible nos separa
eso es lo terrible
felicidad
derrocharlo todo

Otra vez:
la poética de remarcar
¡Qué extraña felicidad!
derrocharlo todo
lo que otros quieren
lo que otros buscan
¡qué cobardes!
¡qué temerarios!

Repetir a partir
de otra vez
x2

por Adrián Gastón Fares

El joven pálido. El silencio y los árboles.

Las hojas caen en contra del viento
que las hace caer.
Las personas
vemos..

y somos tres cosas:

somos uno que sueña con los que sueñan,

somos otros que piensa y vive en una casa dónde el sol nunca se pone

y somos otro que solamente percibe sabores, caricias, golpes, miradas fuertes o vagas

somos lo que hierve cuando ya no hay nada en la cacerola

y árbol que no hace ruido en el bosque porque no hay cóclea para escucharlo

y es capaz de mover hojas, de volar la peluca de las hormigas, de generar moléculas que se desplazan

pero no suena

somos lo que no suena si no hay nadie para escucharlo.

El joven pálido,

Con las lombrices aéreas
a veces descubría
que no había mucho más de lo que buscaba
Ni había mucho menos.
Algunos días tenés lo justo
-lo justo es lo perfecto, es una caricia mental-
Y entonces:

¿Cómo afrontar la sospecha confirmada?

Coro:

“Como la planta que sabe que el agua no está lejos
después inclinándote un poco al sol
sin deformarte demasiado.”

Pero no es fácil.

Amar es desenrollarse
sin pausa.

Play.

En esta película yo camino
hasta el Museo de la Morgue
donde flota un feto
¡Oh, feto flotador
hijo de mis entrañas!
Un guardia inseguro me sigue
con la mirada,
pero cuando se descuida
rompo la pecera,
atajo el feto que cae con la viscosidad
y me lo meto en la mochila.
El guardia inseguro
un poco viejo
camina hacia mí
y se resbala.
¿Se habrá roto la cabeza?
Ya en la calle,
con mi vástago maloliente en la mochila,
subo a un taxi,
El conductor se tapa la nariz
y me ordena bajarme:

¡Bájese! ¡A lavarse!

 

por Adrián Gastón Fares

El joven pálido. El que desayunó alturas.

En un páramo
de pétalos rosados
se erigió el joven pálido
y miró el horizonte
contó las tumbas
y les juró que volvería
con la mínima flor
y su Diana.

Las pútridas manos surgieron
y con el pulgar hacia arriba
aceptaron el reto
Ni Fulci
ni Romero
ni hablar de Shyamalan
imaginaron
este saludar

Después
caminó en busca del ahogado
su primer enemigo

La laguna estaba mansa
y el ahogado flotaba
mirando
la grava parda
del fondo

Cada tanto el ahogado saludaba
a los oscuros peces
creía que eran las mujeres
que en el mundo de las lombrices aéreas
había amado
las despedía
con ganas

El joven pálido llamó al ahogado
éste sopló burbujas
que como todas
reventaban en la superficie

Amigo,
¿qué te pasó?

La burbuja reventó

Nada, acá terminé

Tus planes eran el arte
y el amor

El joven pálido esperó
que la burbuja
reventara

Idiota

Decime, contame, soplame
¿dónde está mi Diana?,
por la que dejé el mundo de la tierra
si mal no recuerdo
trabajaba con vos
en una oficina
de dos por dos

Ella salía con su jefe
todos los sabían
para qué querés recuperar
lo que en vida
perdiste

Quiero saber quién lo hizo
y encontrar los restos
y las palabras

Buscá a uno que tiene raíces
frescas
en el mundo de las lombrices aéreas
no lo vas a encontrar
así nomás

Quiero saber también
¿por qué me dejaste solo
en la cena del 2 del mayo?
Éramos amigos

Vos querías todo y yo quería la nada
o sea lo mismo que vos

Vos querías la nada pero de forma
que reventara
te gusta el ruido
y aparecer

Mi cerebro ya perdió las células
bailan en el agua, fueron comidas
por los peces
preguntales a ellas
yo ya no soy

¿Y por qué hablás?

Todavía me gusta

Si querés encontrar a la que decís que es
tu Diana,
preparate
y buscá al que desayunó alturas
el aire le infló los pulmones
como un paracaída
todavía tenés tiempo
antes que lleguen los policías
juntá los pedazos de la cabeza
y hacelo hablar

Tené cuidado porque rondan las
penas
que son gemelas sin manos
que te succionan el alma
y ahí olvidate
de lo que viniste a hacer
nadie es igual otra vez

También te espera
el raíz fresca

El Joven pálido miró alrededor

La laguna
era un estanque
en una casa de olivos
atrás estaba sentada
una mujer rubia bikini
tomando sol

Retrocedió
sin que lo vieran
acarició la frente de un nena
que con un portafolio de doctor
de juguete multicolor
iba al
estanque.

por Adrián Gastón Fares

 

Polvo de estrellas, polvo de falanges. El joven pálido.

Hálito vital,

qué maravilla.

De una bikini se lanza en picada

Y sube con el viento.

Se clava en el oído el sagaz

Cupido

De espaldas al mar

Charlando

De una mirada se desprende

Y tu estomago se convierte

En una pecera vacía,

Un acuario,

Al que le remueven las piedras

Y los adornos

Esa calavera que boquea burbujas

Cuando la tapa del barril de pirata

Se abre.

Ese precipicio

Donde tantos cayeron

Y jamás volvieron

Qué desconcierto.

Hálito vital.

Cordón umbilical.

Nací para encontrarte,

leyó en una pared.

Nenito,

hay gente que nace para encontrarse

Y otras para matarse.

Es la ley de la vida

La de los suicidas

La de los salvavidas

Vos flotabas en una panza de fuego.

Allá lejos ,

Hace tiempo.

Salud.

Por quien brinda?, pregunta el mozo.

Por mi hijo, está en la mochila, lo quiere ver?, contesta el Joven pálido.

Usted si que es ingenioso.

Y rasposo, agrega el mochilero;

El Joven pálido se miraba las falanges
a la luz de la luna,
el viento soplaba entre los huececitos,
se movían sin querer.

Reformulaba,

aunque no le importaba la cuenta:

La cerveza te hace entender
la falta de tu ayer.

Todas las cosas son por algo;
ahora caigo.

Así y todo,
hay que cacarear dos horas,
para poner un huevo.

El pez macho hace temblar el agua
como el viento las falanges
del Joven Pálido
para que la pececita suelte los óvulos
que se traga,
ahí en seguida busca los ocelos del pez macho
los círculos naranjas en la aleta anal
y el macho le suelta lo suyo en la boca,
y los pececitos se forman ahí
cabecitas del futuro
después a esconderse entre las piedras,
palabras del futuro,
¿son?

También el caballo se coge a la caballa
y nadie dice ni mu
cuando a la vaca el toro se la pone

Es un señuelo.

Para que pique la nada.

Nadie supo nunca
dónde empieza ese fuego
ni se acuerda siempre
cuál fue la primera llama que vio.

Hoy en día es
como la muesca que hacían los ancestros en un hueso
cuando la luna se llenaba;
pero ahora en cuanto se vacía,
borramos la marquita:
con nosotros no hubiera existido
la matemática

Y el frío,
o el calor,
la locura
o el amor
dirían las estaciones.

El Joven Pálido
se sopla el polvo de las falanges.

En un bar tipo irlandés
te digo todo al revés:
el poeta es un príncipe
no es un vampiro.

Chicas,
Bustrófedon potenciado:
oripmav nu se ateop le
no es un príncipe.

por Adrian Gaston Fares

El joven pálido. Erizense de sueños.

El joven pálido
se erizó de sueños
y por las calles vagó
sorbiendo cemento
soleado.

El que desayunó aires
por ahora no le preocupaba
mejor era bañarse
en las islas personales
que se separaban por el cemento
en esa mañana corriente.

Mujer era bañarse
en las islas personales.

Adónde vamos,
¿quién soy?
¿por qué?
Eran palabras que a él ya no le molestaban
y a las personas que se cruzaba
parecía que tampoco.

Los caminos cruzados,
caminos perdidos.

I will write stories
about pain and glory.

En la casa del conde
¿dónde estará?
¿dónde se esconde?

Las mentes deberían adaptarse
a cualquier felicidad
no importa de dónde venga
ni cuánto dure
la verdad.

por Adrián Gastón Fares

El joven pálido dibujo del autor, Adrián Gastón Fares

Venimos a buscarte. El joven pálido 19

El joven pálido dibujo del autor, Adrián Gastón Fares

Ordenada comida en el pasto,
cariño y paciencia
ese te curo las heridas
sangría
transformación de la alfombra de faquires
de su hogar y su abolengo
en razonable felicidad
y el despeñadero ahí nomás,
esperándolo
libros y sueños
mentiras
sobre otras mentiras
¿para qué lo buscaron?
el camino angosto
el tren con la madre y la amada
el lenguaje de signos
la reiteración
las palomas cagadoras
como si algo se le hubiera caído en el camino
y vaya a encontrarlo, señor

venimos nosotros a buscarte
a guiarte
pero no podemos hacerlo todo
y el mundo está dado vuelta
desde el principio, Joven Pálido

un error

porque los errores suceden
y las personas son

nuestros planes no pudieron cumplirse,
y te caíste y te lastimaron,
y dejaron que te lastimen

y sólo tu fuerza evita la destrucción
las manos de los muertos
desanudándose
tu mirada libre
como la pantalla del cine que se expande en la oscuridad
y tus ficciones riéndose a carcajadas
charlando entre ellas
pasándose el mate
a qué conclusión llegarán?
te pensarán también como un indeseado?
esas historias jocosas
festín de socorros, imágenes y letras
para qué sirven?

la felicidad no se puede soñar.
es el triunfo inmerecido
y la mañana certera.

 

por Adrián Gastón Fares

El encierro maravilloso. Joven pálido.

 

We are lost in the marvellous prison
and theres is no reason..

El joven pálido pensaba en el poco inglés
que sabía, el de las canciones…
Así que se inventó una.
La arboleda y el camino de tierra
se hacían más reales,
gracias al peso de la mochila.

Peso suficiente,
inesperado
(nunca había pensado que iba a terminar llevando eso por los senderos rústicos de su país),
en la cabeza y en la espalda.
Vayamos de frente lo que el joven pálido iba a hacer,
era buscar a la madre de su hijo.

Hija de un estanciero.
Mientras el joven pálido bajaba de la camioneta que lo acercó al pueblo,
la chica arrancaba zanahorias de una huerta.

Sigue leyendo

El joven pálido. El baile del zombi.

El joven pálido 9 ilustración Adrian Gaston Fares

Ahora que por uso y costumbre
la oscuridad ganó terreno,
algunos días siente
el soplo del paraíso.
La bondad que le gustaría
repartir
incluso a los enemigos,
que no son tales;
les desea el bien a todos
por igual.

En la calle donde pasa por vivo,
trata de recordar su misión:
que alguna vez dejó la tumba caliente
para una difusa tarea,
pero ya su fervor se enfría:
demasiados reveses:
un atentado a la
coherencia.

Y ni siquiera puede expresar
que se siente atravesado por
un amor quieto,
de esos que sólo lleva el viento de pueblo en pueblo
de ciudad en ciudad,
cuando ve a un perro que se acerca
y lo lame.

Él fue hecho para el tránsito pesado
del árbol a la mesa:
para juntar las aceitunas negras caídas del olivo.
Ella para extraer con su garganta dorada el agua de la fuente.

Él fue hecho para los pastos altos y la escondida.
Ella para posar su mirada en él
y despojarlo.
«Oh, dulce ladrona,
tus ancestros te entrenaron para mirar»

La noche anterior bailoteó en un boliche,
hizo el baile del zombi,
del que ya nos ocuparemos.

De cualquier manera.

Get ready for this.

Oh, dulce ladrona.
Tus ancestros te entrenaron para mirar.

Y, mientras piensa, la acción del día es:

Disculpe, Joven pálido.
Por favor, córrase de este cantero y déjeme regar las plantas
esta mañana de sol.

«Disculpe, Joven pálido»,
dice el portero,
«estoy de acuerdo con los cartoneros
que dicen que estás equivocado
que sos un embuste
que te crees muerto pero estás más vivo que
esta mariposa»,
dice mientras agarra una mariposa blanca
que estaba posada en el ficus
y se la engulle sin ningún problema:
«Tiene nutrientes»

Otra vez el vaivén.
¿Él vio mal o el portero se comió una mariposa blanca?
Si se comió una mariposa blanca:
él puede ser el Jovén Pálido y estar realmente muerto.
Si se comió una mariposa blanca:
el Portero puede ser algo más o algo menos que un portero.
Si se comió una mariposa blanca,
lechera,
ella puede estar esperándolo en algún lugar.

La vida es simple.
No es vida.
Es imaginación.

por Adrián Gastón Fares

 

 

El joven pálido 18

Junto al río Telodigoyo encontró el Joven Pálido a la calavera roja y blanca, en el centro de cuatro rocas caída vaya a saber cuándo, la calavera, y se adentró en el agua hasta las rodillas para observarla de adelante, entre los reflejos del sol en el más allá iridiscente. Qué cosa tan extraña, se dijo, una calavera que guiña un ojo. Hay que tener insistencia para hacer del hueso expresión. Pero no sería el primero ni el último. Entonces caminó derecho y sus pies abandonaron el agua y metió el dedo en el ojo bien abierto de la calavera, y levantándola en alto, vio proyectada en el cielo violeta su historia (la de la calavera) Un día, en ese mismo río, Palantonio Rodendola (el Sr. Ahora Calavera) quien tenía el poder de cambiar de piel como las serpientes, encontró su piel intacta erguida como estatua de museo y se animó a mirarla de cerca, y como que era él y no era él. Rodendola, con un manotazo dispersó en el aire su piel que ya había dispersado en otras oportunidades, y cansado de cambiar de piel, decidió convertirse en calavera ritual. Entonces, el estimado Joven Pálido le encajó un beso en la frente, hueso frontal, a Rodendola, Atte. retornándolo así a su santuario, y los mismos pasos torpes que lo trajeron lo llevaron lejos de la cabeza y guiño del tal Rodendola.   Cooonde

El joven pálido 17


El amancebador.

Déjame,
corazón de las horas perdidas.

Lánzate al viento, capataz de las luciérnagas, y
aléjate del río de las sensaciones,
donde duermen los maestros.

Cede la bronca a las esclavas abejas,
abandona las grillas horarias,
aliviate de la busca de hidras en las zanjas,
acaricia las crines de tu caballo
aunque no tengas ninguno.

Egrésate del conteo de melenas
hay otra vez paz en tu reino,
donde semillas de amapolas.

Y encuentra en el suave declive,
el rostro de piedra de la flor,
luminosa es y cae como estas

ca

si

im                per

cep
ti

bles
briz
nas
de
es
cu
pi
das
bri
llan
tes

Ahí, fulgúrate un futuro
estribándote a la mariposa alada:
hacéte un pic-nic en su polvoriento lomo.

Desmonta, donde el declive del terreno
rejunta a las corrientes de humo
encontrarás un árbol de ramas quietas
a pesar del viento alrededor
con una puerta diminuta bañada en oro.

Golpea,
verás como te recibe,
un pequeño y lampiño ratón.

Oh, pequeño ratón fetíl,
entregado a las fauces de una araña
avicularia avicularia
en una ignota veterinaria
por un mago secreto
de los que tantos pululan en tu ciudad,
de ternura impuesta,
y renacido en este árbol
para bien de toda la humanidad.
Oh, pequeña laucha
tranquilizadora de mentes enojadas como la de mi nuevo amigo
quien me llegó como quien
llega a un árbol de copa generosa,
cuando el camino de luz que está hecho para cansar
cumple su cometido.

Poseso,
pasaré a hablarte con el idioma de las ratas, que bien crees
desconocer.

Joven,
la mañana no es la gruta
no hay que postrarse aquí en el quieto árbol,
y si no encuentras otra manera,
piensa en la tierra de Ontario
en el Kaniatarowanenneh
donde el silencio es
tan maravilloso que las risas de las marmotas
salpican
agua fría.

Si puedes, olvida tu tierra
es una trampa:
no sabes quiénes te trajeron de la mano
hasta el lugar donde nacistes
no debes ser confiado siempre, joven pálido.

No creas que el aire está vacío.

El amor no es ciego.
Nosotros somos.

O te pensas que mis ojos fueron siempre dos ombligos,
tócalos,
siéntelos, ellos no pueden ver. Mi verdadera fuerza reside en no saber nada.
Déjame de cosquillearme.
No soy solamente tu infiel daimón.

Déjame. Déjate.

Es tarde y es verano,
¿recuerdas?,
en los manicomios de las bestias,
es hora de los talveses.

Cooonde

El joven pálido 16

Corregirán que nadie avanza por los caminos,
pero estos errores son claves:
sin ellos nada existe
o existe la nada.

Entonces diremos que El joven pálido
recontra avanza
por el camino,
como todos:
AVANZA,
no camina.

Avanza
como en el juego de la oca,
más vale que te corras
o te emboca,
porque descubrió que los sabios
deberían gobernar,
que los demás usan sus cargos para criar a sus hijos,
mientras él lo lleva en su mochila,
historia de verano,
aborto voluntario,
feto universal (uno son todos)

Avanza y piensa, que la vida es un flipper,
un plano inclinado hacia abajo
por donde rodás a gusto
del que tiene plata,
o espíritu,
para comprar la ficha
-y hace rato que la plata y el espíritu son lo mismo:
¡qué problema, che!-

Ya todo lo confunden.

Pero salís lanzado, y ¡qué lindo rebotar!,
multiplicarse en varias bolas.

¡Qué bueno!,
dar placer al jugador.

En la era del nepotismo
de la tiranía de todos
-todos de un lado de la soga, de la otra la palabra
humano-,
El joven pálido lleva el signo menos
en la mochila, los demás sólo quieren sumar,
a él le alcanza con el resto
de sus ilusiones.

A diferencia de las personas
el feto no refleja nada,
es un talismán contra los espejos
¡Oh, dulce talismán!
te quiero porque como los sabios
controlas lo que reflejas
porque reflejas lo que controlas,
o sea nada;
eres libre de futuro
como un recién nacido.

La primera respirada
sin llorar,
hay tiempo para llorar,
pero el feto nunca lloró porque
siguió de largo hasta el basurero
terminando de florero
en la morgue judicial,
ya lo sabemos.

Entonces cállense:
es hora de escuchar,
el joven pálido va a hablar.

Dicen que en los caminos de luz
acechan las sombras negras,
como en el agua clara, la mugre
y en la oscura, la luna.

Era cuestión de esperar la noche entonces
para refulgir,
¡Oh, Buenos Aires!,
olor a pizza y libros,
a gomina, camperas muy usadas,
como una vedette transpirada,
y el casi-niño en la mochila.

Casi niño,
escucha a esta ciudad.

De trabajos semiacabados
y de acabadas monumentales
como la que terminó en el feto
que El joven pálido lleva en su mochila,
plasticola de una noche de amor,
endurecida,
derrochada,
doblemente ocultada,
pero por lo menos impulsada
ahora otra vez en las calles gracias a él.

Las chispas,
no todas prenden.

Ese momento donde los tubos
se encienden y la mano
no se ve
(la futura acción)

Ahí ves
lo que se ve,
avanzando en el reino de las ilusiones.

Robó
(tomó lo que era suyo),
y huyó.

Que digan de mí que siempre robé,
huí,
y avancé.

Un pasito más, por favor.

No! (¡ya te aplastaron al nacer!)

Bajé al subte,
Subí al taxi.

Nohijo,
la ciudad está borrándose,
qué chiquitos se ven los edificios en el espejo retrovisor,
son como agujas
hilvanadas por las confusas calles grises.

Pinchan ilusiones débiles.

Casi niño,
-quédese con el cambio-,
acá estamos más cerca
de acá seguimos a pie
sin cemento
-¿para qué te crees que se inventó el cemento?
¿que solamente cementaron AL QUE YA SABES?-,
en la mafia del pensamiento
una pisada puede unir, flotando en el polvo,
a los viejos enemigos.

Acá es más fácil ver,
lo que un paso tras otro puede hacer.

Cooonde

El joven pálido 15


Y el Joven Pálido persigue
al Canoso por las calles

No es tu padre
le dijo a Diana,
pero ella no lo entiende.
En su mundo salvaje
los hombres se afilan las uñas

Adiós a las mujeres que salvan hombres
en los atardeceres oscuros que se reflejan en teteras

La pava vaporosa

A la gente le gustan las historias de sectas,
de cofradias oscuras,
y de personas que se persiguen por la calle
de la locura
como el Canoso
y el Joven pálido

Él,
que siempre estuvo seguro de sus primeras impresiones
que sabe que no hace falta abrir la boca
para mover la ficha
ni sacar la mano del bolsillo
para hablar

Con una mirada
te diré quien eres

Besotecuentounahistoria

Un apretón de manos
y te digo a que hora
te la revolcaste

Al final
(en el sentido de darle la razón)
no había secreto que al Joven Pálido se le escapara

Y las calles del Joven Pálido
fueron hechas para rondar

Está el palacio blanco donde acarició
la hoja muerta,
la noche anterior a que Argentina perdiera
en ese partido olvidable
gracias a la borrachera

Funcionarios
y funcionarias
funcionando todo el tiempo

Y escapan por las calles
y se arrellanan en sillones
hasta en sillas de plástico
donde olvidan sus sueños
si es que alguna vez tuvieron
alguno

Mientras en los diarios aparecen marcianos todos los días,
cuando en realidad hace rato que los marcianos somos nosotros

Y está la plaza donde se juntan,
los pibes
disfrazados de dibujitos;
el Joven Pálido puede pasar con media sonrisa.

Como si él fuera el rey
y buscaran hacerle jaque
Ellas se acercaron para verlo caer

Como si él fuera el rey
y buscaran hacerle jaque

Pero el Joven pálido es humo.

Noche insidiosa.

por Cooonde

 

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 13 – Cooonde cuenta

Un sueño:

hoy soñé con marcianos

y una amiga en el verano

un gordo vivía en el altillo

y se veía el mar a lo lejos

en la casa también estaba la que quería

y descubría que la amiga era mía

y era ella también

qué son esas formas que en los sueños nos vienen a consolar

y las otras que a nuestro lado sentimos en la cama grande

yo les canto porque sé

que perdieron la costumbre de recitar

sólo quieren a su manera avisarnos

que dejemos de soñar

El joven pálido 12

Hálito vital,
qué maravilla.

De una bikini se lanza en picada

Y sube con el viento.

Se clava en el oído el sagaz

Cupido

De espaldas al mar

Charlando

De una mirada se desprende

Y tu estomago se convierte

En una pecera casi vacía

Como si estuvieran succionando

De ese precipicio

Donde tantos cayeron

Y jamás volvieron

Qué desconcierto.

Hálito vital.

Cordón umbilical.

Nací para encontrarte,

leyó en una pared.

Nenito,

hay gente que nace para encontrarse

Y otras para matarse

Es la ley de la vida

La de los suicidas

Y la de los salvavidas

Vos flotabas en una panza de fuego

Allá lejos ,

Hace tiempo.

Salud.

Por quien brinda?, pregunta el mozo

Por mi hijo, esta en la mochila, lo quiere ver?, dice el Joven pálido.

Usted si que es ingenioso

Y rasposo, dice el mochilero.

El Joven pálido se miraba las falanges
a la luz de la luna,
el viento soplaba entre los huesitos,
se movían sin querer.

Reformulaba,

aunque no le importaba la cuenta:

La cerveza te hace entender
la falta de tu ayer.

Todas las cosas son por algo;
ahora caigo.

Así y todo,
hay que cacarear dos horas,
para poner un huevo.

El pez macho hace temblar el agua
como el viento las falanges
del Joven Pálido
para que la pececita suelte los óvulos
que se traga,
ahí en seguida busca los ocelos del pez macho
los círculos naranjas en la aleta anal
y el macho le suelta lo suyo en la boca,
y los pececitos se forman ahí
cabecitas del futuro
después a esconderse entre las piedras,
palabras del futuro,
¿son?

También el caballo se coge a la caballa
y nadie dice ni mu
cuando a la vaca el toro se la pone

Es un señuelo.

Para que pique la nada.

Nadie supo nunca
dónde empieza ese fuego
ni se acuerda siempre
cuál fue la primera llama que vio

Hoy en día es
como la muesca que te hacían los ancestros en un hueso
cuando la luna se llenaba;
pero ahora en cuanto se vacía,
borramos la marquita:
con nosotros no hubiera existido
la matemática

Y el frío,
o el calor,
la locura
o el amor
dirían las estaciones.

El Joven Pálido
se sopla el polvo de las falanges.

En un bar tipo irlandés
te digo todo al revés:
el poeta es un príncipe
no es un vampiro.

Chicas,
Bustrofedon potenciado:
oripmav nu se ateop le
no es un príncipe.

por Cooonde

 

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 11

Una chica que iba por la vereda del Palacio Alvear,

se acercó al lombriciento Joven Pálido para mirarlo de cerca.

Este personaje le repitió su cháchara.

Cháchara del Joven Pálido:

Me dicen el Joven Pálido,

y vengo desde lejos buscando

El Camino Real

(es un camino que existía en mi mente, o ni eso;

pero cada vez es más capaz que sea otra cosa)

Shhh…

Hace poco me crucé con los sabios de ojos rasgados,

y con esas dulces mujeres que te convierten en uno de esos

que se la creen calladitos.

Como la soledad.

Pero dicen que el camino es largo,

por eso te la canto.

Dejé mi tumba fría para una difusa tarea.

Eso ya se sabe.

Todo por el tema de la Quimera.

Me perdí tantas veces en mis pensamientos… Esperá, que no te miento.

Sola date cuenta que la realidad nunca coincide con mis sueños.

Por eso siento,

como que me traicionan a cada momento.

por Cooonde

 

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 10

el_joven_palido_9

¡Que la piel se vuele!
¡Se desarme en pedacitos!
Las uñas.
Pueden ayudar,
pero las uñas son
piel endurecida,
y nada,
solamente el tiempo
y otra mano
completan el trabajo.

El joven pálido piensa,
sendereándose,
emboca un pensamiento pasado,
cuando llevaba la cabecita enroscada que había sido su hijo en la mochila
y enseñaba máximas
al costado de un laguito.

Eso había sido
antes que se lo sacaran
y lo encerraran,
mucho antes de que un tiro se pegara.

Entonces había dicho:
pequeñuelo,
nene nenito,
no dudes dos veces de tus pensamientos:
ése es el camino del desconcierto.

Sé rápido.

Suele ganar, el que primero pierde la dignidad.

La mochila con el casiniño muerto
estaba apoyada en el piso, entre los yuyos,
él sentado en un árbol caído,
la corriente del laguito se llevaba su reflejo,
lo amuecaba,
lo endurecía,
nunca había sido tan feliz
como no siéndolo nunca.

– cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 9.

El joven pálido 9

El joven pálido 9

Ahora que por uso y costumbre
la oscuridad ganó terreno,
algunos días siente
el soplo del paraíso.
La bondad que le gustaría
repartir
incluso a los enemigos,
que no son tales;
les desea el bien a todos
por igual.

En la calle donde pasa por vivo,
trata de recordar su misión:
que alguna vez dejó la tumba caliente
para una difusa tarea,
pero ya su fervor se enfría:
demasiados reveses:
un atentado a la
coherencia.

Y ni siquiera puede expresar
que se siente atravesado por
un amor quieto,
de esos que sólo lleva el viento de pueblo en pueblo
de ciudad en ciudad,
cuando ve a un perro que se acerca
y lo lame.

Él fue hecho para el tránsito pesado
del árbol a la mesa:
para juntar las aceitunas negras caídas del olivo.
Ella para extraer con su garganta dorada el agua de la fuente.

Él fue hecho para los pastos altos y la escondida.
Ella para posar su mirada en él
y despojarlo.
«Oh, dulce ladrona,
tus ancestros te entrenaron para mirar»

La noche anterior bailoteó en un boliche,
hizo el baile del zombi,
del que ya nos ocuparemos.

De cualquier manera.

Get ready for this.

Oh, dulce ladrona.
Tus ancestros te entrenaron para mirar.

Y, mientras piensa, la acción del día es:

Disculpe, Joven pálido.
Por favor, córrase de este cantero y déjeme regar las plantas
esta mañana de sol.

«Disculpe, Joven pálido»,
dice el portero,
«estoy de acuerdo con los cartoneros
que dicen que estás equivocado
que sos un embuste
que te crees muerto pero estás más vivo que
esta mariposa»,
dice mientras agarra una mariposa blanca
que estaba posada en el ficus
y se la engulle sin ningún problema:
«Tiene nutrientes»

Otra vez el vaivén.
¿Él vio mal o el portero se comió una mariposa blanca?
Si se comió una mariposa blanca:
él puede ser el Jovén Pálido y estar realmente muerto.
Si se comió una mariposa blanca:
el Portero puede ser algo más o algo menos que un portero.
Si se comió una mariposa blanca,
lechera,
ella puede estar esperándolo en algún lugar.

La vida es simple.
No es vida.
Es imaginación.

por Cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 8.

Un cantero rodeado de piedras,
el sol,
¡qué bien!
Le gustan
pero sabe lo que se esconde atrás de lo
apacible
Desahuciado,
olvidó lo que una vez encontraba.
Mira que te mira.

Es un momento nada más,
las nubes se siguen moviendo
metáfora más difícil de lo que parece
en tiempos de inestabilidad.

Dejar el mundo subterráneo
olvidar el cosquilleo
de las lombrices
¡Qué fácil!
Todo por nada.
Indistinguirse.
Camuflarse.
No le molesta.
Siempre lo hizo.
Y después arremeter,
con esa seguridad en la embestida
de las mujeres más frívolas.
Dibuja,
con sus falanges blancas
que brillan
cuando las nubes se desenganchan
y dejan pasar el sol.

por Cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 7.

Chau flashback pedorro.
El que no lo entendió,
se embroma.

Jóvenes poetas
Jóvenes amantes
Dejen de escribir en los telos
historias de medio pelo
Ayúdenme a olvidar
que alguna vez te dejé
en manos
ajenas.

Fantasmas de la noche costera
Amigos del pasado urbano
Dadas en adopción: mascotas de futuros condominios,
que remuevo en el basural
donde maúllan los cartoneros
Tres vagabundos de la calle Paraná,
que acabo de cruzar de reojo
¡Ronronen
en mi pecho!
Todavía puedo inflar mis pulmones
Y que salten al aire
los perdones
Todavía puedo enfrentar
mi propio desdén.

El Joven pálido estaba acodado
en la barra de un bar
tomando champán,
tomando champán.

Y el líquido salía
por los putrefactos orificios.
Pero las burbujas subían
igual,
y lo alcanzaban de lleno
como las balas en los
noticieros.

Una noche,
después de ver a su Diana
postrera aquella quimera
bla, bla,
escribió:

A veces me gustaría
vestirme de furia.
Arrastrar el polvo de largos pasillos
con la cola de un largo traje
y asomarme a los majestuosos
ventanales,
a las mujeres
que dejamos pasar.
Que pasan
por la calle en un inexplicable
desfile fortuito
Y si alguna me ve,
saludar.
Y arremangarme las ilusiones.
Debajo
no soy más que eso,
que pensó,
que pensaba.

por Cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido. 6

We are lost in the marvellous prison
and theres is no reason..

El joven pálido pensaba en el poco inglés
que sabía, el de las canciones…
Así que se inventó una.
La arboleda y el camino de tierra
se hacían más reales,
gracias al peso de la mochila.

Peso suficiente,
inesperado
(nunca había pensado que iba a terminar llevando eso por los senderos rústicos de su país),
en la cabeza y en la espalda.
Vayamos de frente lo que el joven pálido iba a hacer,
era buscar a la madre de su hijo.

Hija de un estanciero.
Mientras el joven pálido bajaba de la camioneta que lo acercó al pueblo,
la chica arrancaba zanahorias de una huerta.

Racista y a la vez activista
de la ecología,
había donado a la ciencia
la flor de su descuido
el feto empedernido
que había intentado nacer.

El kilometro 112.
El joven pálido caminaba decidido hacia la casa de su ex
con la mitad de una sonrisa en la cara.
Escuchó una voz a su derecha que le gritó:
-¡Bobo!

Llegó a ver como el chistoso se escondía en el maizal,
los dientes desparejos, los anteojos negros embutidos en la cara;
¿de dónde había salido ése?

El joven pálido, exactamente una hora antes de que el padre de su ex disparara al aire
y lo amenazara de muerte si volvía a esa casa
a sacudir al feto en la cara de su hija,
escupió
y dijo
-Nene, ahora vas a verle la cara a tu mamá.
Las entrañas ya las conocés.
Pero en este mundo, lo que importa es la apariencia.

El feto maloliente no contestó.

Le cayó otra piedra.
Se detuvo en seco.

Nene. Como éste hay unos cuantos. Siguen la luz o la oscuridad, son clase alta
o clase baja, limpios o sucios, inteligentes o estúpidos, pero están corroídos por dentro
y por fuera.
Ellos son lo que hacen nada más.
En un momento una cosa y en otro, otra.
Vos hacé la tuya, sin mirar a los costados.

Miró atrás
y arriba.

La segunda piedra no era una piedra
negros pájaros carroñeros
lo venían siguiendo
y se mandaban clavados en el aire
y sobrevolaban la mochila

El joven pálido se puso los auriculares
del walkman.
Estamos en los noventa,
aunque nadie se dé cuenta
Apretó el paso.
De vez en cuando,
tiraba manotasos
para alejar a los pajarracos.

por Adrián Gastón Fares

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido. 5

El joven palido 5

Las hojas caen en contra del viento
que las hace caer.
Las personas
vemos esto.

Con las lombrices aéreas
a veces descubría
que no había mucho más de lo que buscaba
Ni había mucho menos.
Algunos días tenés lo justo
-lo justo es lo perfecto, es una caricia mental-
Y entonces -chau paranoia, mucho gusto-,
¿qué hacés?

¿Cómo afrontar la sospecha confirmada?

Coro:

«Como la planta que sabe que el agua no está lejos
después inclinándote un poco al sol
sin deformarte demasiado.»

Pero no es fácil.

Amar es desenrollarse
sin pausa.

Play.

En esta película yo camino
hasta el Museo de la Morgue
donde flota un feto
¡Oh, feto flotador
hijo de mis entrañas!
Un guardia inseguro me sigue
con la mirada,
pero cuando se descuida
rompo la pecera,
atajo el feto que cae con la viscosidad
y me lo meto en la mochila.
El guardia inseguro
un poco viejo
camina hacia mí
y se resbala.
¿Se habrá roto la cabeza?
Ya en la calle,
con mi vástago maloliente en la mochila,
subo a un taxi,
El conductor se tapa la nariz
y me ordena bajarme:

¡Bájese! ¡A lavarse!

por Cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido. Intervalo

6b.jpg
INTERVALO.

Los temerarios

Delator, informal, invocado de día
¡sueño!
bebido de noche
¿o ya en la madrugada?
entre los pinos de la casa costera
para qué venís a recordarme
lo mucho que te quiero
encima, me limpiás los ojos
y me soplás la cara con tus dedos finos
-mi amor,
arrumándolo-
por favor
olvidarlo al despertar
o recordarlo con el tibio sol del desayuno.
(Hace bien)
Nada terrible nos separa
eso es lo terrible
felicidad
derrocharlo todo

otra vez:
la poética de remarcar
¡Qué extraña felicidad!
derrocharlo todo
lo que otros quieren
lo que otros buscan
¡qué cobardes!
¡qué temerarios!

Repetir a partir
de otra vez
x2

Cooonde

Share on Facebook

Like this on Facebook

El joven pálido 4

el joven palido 4

Las calles pasaban como locas
su propia historia ya no le interesaba
como para perder el tiempo en construirla
elige tu propia aventura, se dijo
«Miren todos»
enfrento las esquinas
respeto los semáforos
caminante entrenado
Al rato
encuentra ¡el camino de baldosas amarillas!
«¡seguilo, seguilo!»
harina, yemas de huevos y mostaza
EN las puertas de las universades
ahí estuvo parado
mirando cómo se hueveaban
¡me huele a casa!
después se limpió los zapatos

¡»You’re off to see the Wizard»…!

la sátira siempre fue
un género menor

Cooonde

El joven pálido 3

el joven palido 3

el joven pálido
se erizó de sueños
y por las calles vagó
sorbiendo cemento
soleado

el que desayunó aires
por ahora no le preocupaba
mejor era bañarse
en las islas personales
que se separaban por el cemento
en esa mañana corriente

mujer era bañarse
en las islas personales

adónde vamos
quién soy
por qué
eran palabras que a él ya no le molestaban
y a las personas que se cruzaba
parecía que
tampoco

los caminos cruzados
caminos perdidos

i will write a story
about pain and glory

en la casa del conde
dónde estará?
dónde se esconde?

entonces piensa
las mentes deberían adaptarse
a cualquier felicidad
no importa de dónde venga
ni cuánto dure
la verdad

Cooonde

El joven pálido 2

Dibujo El Joven Pálido 2

en un páramo
de pétalos rosados
se erigió el joven pálido
y miró el horizonte
contó las tumbas
y les juró que volvería
con la mínima flor
y su Diana

las pútridas manos surgieron
y con el pulgar hacia arriba
aceptaron el reto

ni michael jackson
ni fulci
ni romero
ni hablar de shyamalan
imaginaron
este saludar

después
caminó en busca del ahogado
su primer enemigo

la laguna estaba mansa
y el ahogado flotaba
mirando
la grava parda
del fondo

cada tanto el ahogado saludaba
a los oscuros peces
creía que eran las mujeres
que en el mundo de las lombrices aéreas
había amado
las despedía
con ganas

el joven pálido llamó al ahogado
éste sopló burbujas
que como todas
reventaban en la superficie

amigo,
qué te pasó?

la burbuja reventó

nada, acá terminé

tus planes eran el arte
y el amor

el joven pálido esperó
que la burbuja
reventara

idiota

decime, contame, soplame
dónde está mi Diana
por la que dejé el mundo de la tierra
si mal no recuerdo
trabajaba con vos
en una oficina
de dos por dos

ella salía con su jefe
todos los sabían
para qué querés recuperar
lo que en vida
perdiste

quiero saber quién lo hizo
y encontrar los restos
y las palabras

buscá a uno que tiene raíces
frescas
en el mundo de las lombrices aéreas
no lo vas a encontrar
así nomás

quiero saber también
por qué me dejaste solo
en la cena del 2 del mayo
éramos amigos

vos querías todo y yo quería la nada
o sea lo mismo que vos

vos querías la nada pero de forma
que reventara
te gusta el ruido
y aparecer

mi cerebro ya perdió las células
bailan en el agua, fueron comidas
por los peces
preguntales a ellas
yo ya no soy

y por qué hablás

todavía me gusta
si querés encontrar a la que decís que es
tu diana
preparate
y buscá al que desayunó alturas
el aire le infló los pulmones
como un paracaída
todavía tenés tiempo
antes que lleguen los policías
juntá los pedazos de la cabeza
y hacelo hablar

tené cuidado porque rondan las
penas
que son gemelas sin manos
que te succionan el alma
y ahí olvidate
de lo que viniste a hacer
nadie es igual otra vez

también te espera
el raiz fresca
el joven pálido miró alrededor
la laguna
era un estanque
en una casa de olivos
atrás estaba sentada
una mujer rubia bikini
tomando sol

retrocedió
sin que lo vieran
acarició la frente de un nena
que con un portafolio de doctor
de juguete multicolor
iba al
estanque

Cooonde

El joven pálido 1

Dibujo El Joven Pálido 1

El joven pálido. I.

Qué mejor idea que salir a dar vueltas
por el mundo de las lombrices aéreas
las que simulan amistad
simular es un asco
fundacional
pateo los huesos de mi gata
y afianzado a mi polvo será bastón
paseo mi mirada
por este patio de tierra
plantado de sexos profanados
de enamorados todavía desencontrados
y busco a mi Diana
la que una vez me obligó
a pronunciar su nombre
hoy me escapo
a patear la tierra que hay arriba de la mía
a arrancar por los rincones
pedazos de corazones
para encontrar la rosa marchita
de la unión con mi Diana
los de los nichos
dicen que está en un recinto
-«sí, sí, sí, está en el museo»
donde se guardan las sobras
para que las lombrices aéreas más serias
-«sí, sí, en el museo forense, Joven»
aprendan a matar mejor y más rápido
en una pecera
el vástago flota
como ejemplo de derrota
de la vida terrenal
exuberante, inocente mínima flor
que quiero traer a mi regazo
junto a los disperos restos de mi Diana postrera
aquella quimera
de las tardes soleadas
entonces
gusanos
¡retrocedan!
que el joven pálido
ya quiebra las raíces
ya sale a la gris pradera
-«mírenlo, se va a buscar a su familia»
-«atrapen la imagen
en los coágulos secos en sus secas órbitas»
Que tal vez sean el mundo
-«tal vez».

Cooonde