Corredores

Soy el fantasma de un niño que deambula en un castillo
A veces lo asusto en los pasillos
Y el cararota
En vez de,
aterrado,
gritar…
Me traspasa
Para seguir adelante en su camino
Y, con el tiempo, convertirse,
en el fantasma de otro niño valiente,
ad infinitum.

Por Adrián Gastón Fares.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s