Dejar este mundo porque ya nada vale la pena.
Extrañar los atardeceres promisorios,
las comidas imperiales,
el sol fuerte,
las copas de los árboles,
pero más que nada el trabajo como un fin y no como un medio.
El crepitar de las hojas bajo cuatro pies.
La comprensión,
las miradas ardientes,
las lenguas entrelazadas que al soltarse charlan de cosas triviales y necesarias.
Lo que parecía natural y ahora es como la carcasa de un robot destruido en una ciudad de lata.
Incomparables las órdenes de las esperanzas y los desórdenes del cuerpo.
Dejar este mundo de una vez por todas cuando falta lo elemental y lo natural se hizo mecánica y palabra.
Yo no soy este monstruo que decidieron soñar una tarde en familia.
Mis pies están desnudos en la playa.
por Adrián Gastón Fares
👌 👋👋
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Jodeeer!!! Que bueno
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Gracias! Me alegra!
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Muy bueno de verdad
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Gracias!
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muy bueno
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